lunes, 3 de marzo de 2014

LAS GENERACIONES LITERARIAS DEL SIGLO XX Y ORTEGA Y GASSET.

En esta entrada vamos a tratar las generaciones literarias más importantes del siglo XX, principalmente  la generación novecentista o del 14 con Ortega y Gasset.

El primer movimiento en el que nos vamos a centrar es la generación del 98. En 1898, España pierde sus últimas colonias tras la guerra contra Estados Unidos. Este movimiento se corresponde con el modernismo que fue una renovación intelectual que se originó en los territorios de la América española que se habían independizado. La figura central era Rubén Darío que se ganaba la vida como corresponsal de varios periódicos en Argentina. De hecho, muchos de sus libros son recopilaciones de sus trabajos periodísticos. En estos años se produce una renovación del periodismo y aparece un género nuevo que es la crónica, un artículo de fuerte contenido literario con un tono diferente y próximo al poema en prosa. El término “del 98” fue creado por Azorín en 1913 o 14, eran escritores que querían renovar España tras su decaída, entre ellos se encontraba Miguel de Unamuno.

Sin embargo, la primera generación del siglo XX es la generación del 14 o novecentista. Todos los escritores de este movimiento nacieron en torno a 1880 y comienzan a escribir obras en el siglo XX. Es una generación universitaria  cuyo género más destacado es el ensayo. Es un género peculiar que tiene su origen en Montaigne. Sus ensayos eran divagaciones sobre temas importantes. Este tipo de textos tiene mucho que ver con el artículo periodístico y la generación del 14 también estaba muy ligada al periodismo. Entre ellos destaca José Ortega y Gasset (1883-1955), filósofo y ensayista. Su padre, José Ortega Munilla, fue escritor, periodista y dirigía El imparcial, el diario más prestigioso de su época y la familia de la madre eran propietarios de grandes periódicos. Ortega y Gasset comienza a escribir en 1906 en El imparcial. Estudió en Alemania donde recibió una educación universitaria rigurosa. Consiguió la cátedra de metafísica en 1910 y en ese mismo año hace una conferencia sobre la renovación de la pedagogía. Desde muy pronto comienza su labor periodística que le permite crear y orientar diversos periódicos y revistas. En 1914 publica su primer libro, Meditaciones del Quijote. Es una réplica a la versión de Unamuno, que era su mayor rival. Ortega  se esfuerza por atraer y sentir al lector.

 Sus dos aportaciones más trascendentales para el periodismo fueron el diario El Sol y la Revista de Occidente.  El Sol se fundó en 1917 y fue el gran periódico intelectual de la época. Pretendía ser un periódico pedagógico, didáctico y con innovaciones para la política española.  Además en él colaboraban los mejores ensayistas del momento y se publicaban los folletones del propio Ortega. La Revista de Occidente se fundó en 1923, la revista cultural más influyente de la literatura española. Se publicó hasta 1936 y en ella Ortega cuidaba todo tipo de detalles. Tenía una parte de divulgación científica y otra parte literaria, su meta era reflejar la cultura europea en España. Y algunas de las obras más importantes de la generación del 27, cuyo mentor era Ortega,  aparecieron en esta publicación. También destaca otra de sus publicaciones, la revista El Espectador, una revista unipersonal creada en 1916. Esta solo se publicaba una o dos veces al año. Ortega la definía como una obra íntima y era una miscelánea.

En 1925, Ortega publica dos folletos de gran importancia La deshumanización del arte e Ideas sobre la novela. El primero es una crítica al arte de vanguardia. Tras la primera guerra mundial hubo una ruptura con la tradición. Cuando Ortega habla del arte deshumanizado trata de reflejar la idea de un  público masivo que prefería el arte que emociona. Este nuevo arte apelaba a la inteligencia y tenía un componente lúdico, de manera que se dirigía a un público minoritario. El segundo folleto explica que la novela en aquellos años estaba en crisis y en especial la novela de peripecia. A Ortega se le achaca la decadencia de la novela española en esos años, ya que sus ideas crearon un tipo de novela que daba demasiada importancia al estilo.


Otros compañeros de Ortega fueron Ramón Pérez de Ayala que fue poeta, novelista, narrador y uno de los más brillantes ensayistas de la cultura española; Gregorio Marañón que fue un médico de gran prestigio, historiador, articulista que escribió continuamente ensayos en periódicos y a diferencia de Pérez de Ayala tuvo gran importancia política y se mantuvo estable durante la segunda republica y después de la guerra civil; Manuel Azaña que fue un ensayista, fundador de la revista La Pluma, presidente del Ateneo de Madrid y el último presidente de la república; y Ramón Gómez de la Serna que fue precursor de la vanguardia aunque no tenía una formación tan rigurosa como la del resto. Destaca, también, Eugenio D’Ors que fue coetáneo de Ortega, al cual veía como su rival. Fue un ensayista y periodista catalán cuya obra fundamental fue El Glosario, una recolección en varios volúmenes de los artículos periodísticos que había publicado todos los días durante medio siglo. D’Ors era también filósofo y añadía un comentario intelectual a lo que sucedía en la sociedad. Muchas de sus glosas formaban series ya que escribía novelas publicando un capítulo por día. Al principio, escribía en catalán con el seudónimo Xenius y trataba de renovar la cultura y literatura catalana. Entre 1936 y 1950 fue el intelectual del franquismo, el hecho de que estuviera tan ligado al él provoca que sea visto de forma despectiva tras su muerte.

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